La Ley de Origen del Pueblo Yanakuna menciona que:
En un principio, Yana era la noche, la oscuridad y ella cubría el universo completo porque no existía nada sobre la tierra. El Dios era Wayra, el viento, y sostenía la tierra con los soplidos y el Dios Inti, el sol, conciliaba el sueño al terminar el día. Wayra se encontraba muy preocupado por Yana entonces decidió soplar muy fuerte sobre los cabellos de Inti, para que ella se levantara y fijara su cuerpo sobre la tierra. Así, ella se iluminó y comenzó a calentarse. Con el calor, desde el fondo de la tierra surgieron los Tapukus, seres de vapor hembras y machos.
Un día, una Tapuku hembra se sentía sola y pensaba en encontrar otros seres para compartir. Mientras ella pensaba, el pensamiento se fue calentando con el aliento de Inti y así apareció el Arco Iris, K’uishi, con quien recorrieron todos los colores. Del amor entre los Tapukus y los K’uishis y de la compañía del Dios Inti, aparecieron en la tierra los primeros hombres, alimentados por el vapor y fascinados por la noche.
El Dios Inti, los llamó como Yanaconas, gente que se sirve mutuamente en el tiempo de la oscuridad. (Plan de Salvaguarda del Pueblo Yanacona, 2012)
El territorio ancestral por excelencia del Pueblo Yanakuna es el área que corresponde al Macizo colombiano; no obstante, de acuerdo con la historia “oficial” estatal, durante la época de la Colonia, la Corona Española delimitó varios territorios bajo la modalidad de resguardos a partir de emitir Títulos Coloniales. Entre estos, se encuentran los Resguardos de San Sebastián, Caquiona, Guachicono, Pancitará y Rioblanco.
Además de los anteriores, y como contra discurso oficial, también se hace necesario identificar y mencionar que, en su momento, existieron otros resguardos de origen ancestral o colonial que fueron abolidos o extinguidos por vía normativa; tal es el caso de nuestro territorio de San Juan y otros como San Lorenzo y Los Milagros ubicados en el municipio de Bolívar, El Rosal y Santiago pertenecientes al municipio de San Sebastián y Santa Bárbara en el Municipio de la Vega.
Para nosotros los Yanakunas, el territorio, representa el mayor y más importante espacio de construcción y apropiación cultural para nuestras comunidades y para nuestro proceso político.
De hecho, el territorio supera la simple noción física/natural y se convierte en una construcción simbólica y cultural que, desde nuestro pensamiento propio, está conformado por cuatro senderos a saber:
El sendero de la sabiduría ancestral.
El sendero de los procesos políticos organizativos.
El sendero de la producción de conocimiento.
El sendero del territorio pedagógico.
Historia
Nosotros, el Pueblo Yanakuna, históricamente, hemos habitado en el departamento del Cauca, principalmente, en la zona del Macizo Colombiano. Según nuestros mayores, desde la llegada de los conquistadores europeos a nuestras tierras, hemos resistido a la extinción cultural y física que, en su momento, se promovió durante la Conquista, La Colonia y, posteriormente, en la época de las misiones de evangelización.
Hoy por hoy, como pueblo indígena, experimentamos un proceso de reetnización, recuperación y fortalecimiento de nuestra identidad, además del reconocimiento y reivindicación cultural, social, económica y política.
Proceso que converge en lo que, en las últimas décadas, hemos denominado “Reconstruyendo La Casa Yanakuna”.
Nuestro Resguardo Indígena de San Juan, forma parte de los resguardos ancestrales Yanakunas que, a inicios del Siglo XX, fueron abolidos por directrices del gobierno nacional.
Sin embargo, en la actualidad, a la luz de la “Reconstrucción de Nuestra Casa Yanakuna”, hemos aprendido a caminar en unidad, a resistir pacíficamente y a fortalecer nuestra identidad y nuestros usos y costumbres ancestrales.
Además de ello, logramos reconstituir lo que un día nos perteneció: nuestra identidad, nuestra territorialidad, nuestra memoria y nuestra dignidad como pueblo ancestral. Así las cosas, hoy podemos garantizar nuestra pervivencia y la de nuestros hijos, gracias al apoyo de todas y cada una de las personas que se sienten orgullosas de ser, sentir y pensar como indios Yanakunas.
Los límites territoriales son los siguientes: Por el Norte: con el corregimiento El Carmen, perteneciente al municipio de Bolívar y con municipio de San Sebastián. Por el sur, con el municipio de Santa Rosa (Cauca) y con el departamento de Nariño. Por el Oriente, con los municipios de San Sebastián y Santa Rosa. Finalmente, por el Occidente, con el Corregimiento de Los Milagros, municipio de Bolívar. En el territorio existen dos centros poblados: el primero de ellos es San Juan como cabecera corregimental organizada en ocho sectores (Portales del Norte, Cristo Rey, Norte, Occidente, Fátima, Centro, Los Andes y las Cruces) y el centro poblado del Corregimiento de Cimarronas, mejor conocido como Cimarronas Centro.
Clima
El clima predominante en nuestro territorio está influenciado por la altitud y la presencia de ecosistemas de alta montaña como los páramos. En consecuencia, se caracteriza por ser clima frio de montaña, con temperaturas que varían de acuerdo con la altura. Su temperatura oscila entre los 7°C y los 12°C en invierno, aunque en las zonas más altas puede llegar a los 5°C y entre los 20°C y 23°C en verano. La franja altitudinal del territorio comprende alturas que van desde los 1.700 m.s.n.m. en el sector de la Vereda El Cidral hasta los 3.000 m.s.n.m. en las estribaciones del Páramo de Granadillos.